No se como empezar este post, estoy escribiendo nuevamente desde el teléfono, se ha hecho una herramienta indispensable, como esas navajas multiusos, sí, esas con el escudo y la crucecita roja. Quizá sea mejor contarlo todo desde el principio.
Como todos los viernes me disponía al enfrentamiento padelístico; mochila, pala, bolas, lo de siempre, el teléfono, como no. Un alto en el camino en el supermercado Lidl hacían que me saliera del itinerario habitual, pero lo que cambiaría completamente el rumbo de la tarde sería la llamada que iba a recibir. Era mi padre, su tono de voz no hacía presagiar nada extraño, más bien su pregunta "Nacho, ¿llevas la cámara encima?", aquellos que me conocéis podríais responder por mi, "llevo el móvil", desde que tengo el nuevo la calidad de las imágenes no me ha hecho extrañar la cámara de fotos. "Vente para el estudio, se ha inundado".
El estudio es el lugar que llevamos utilizando como centro neurálgico para pintar y almacenar cuadros, libros, fotos y demás objetos que llegan a manos de mi padre o mío con el fin de darles un uso artístico. También está lleno de todo aquello que en la casa sobra pero que mantiene un valor simbólico por su recuerdo. El estudio es sin lugar a dudas el disco duro de mi padre, por tanto imaginad lo que pasa cuando a uno se le borra, estropea o simplemente daña ese elemento de vuestro ordenador...
Me monté en la moto y corrí por la autovía.
Continuará...
Habrá que poner a secar los recuerdos...a veces necesitamos que se nos mojen para darles un aire nuevo.
ResponderEliminarAnimo, ojalá no sea mucho lo perdido y pronto se recupere lo estropeado.
Una oportunidad para vuestras mentes creativas.