Todos hemos visto alguna vez en el cielo nocturno una
estrella fugaz, algunos piden un deseo, otros le comentan lo observado a
quienes están cerca pero al momento que giran su cabeza para asombrarse con el
espectáculo, ésta ya se ha ido.
Anoche volvía en moto por la carretera de la costa, el
skyline de Granada encendida se perfilaba delante de mí, no hacía frío, no
había coches e iba solo, pero aún mantenía la sensación de llevar tras de mi a
la persona que acababa de dejar en su casa. Fue entonces cuando en el cielo se
describió una línea recta perfectamente iluminada. Era como si Dios trazara con
su Rotring de luz, una escuadra y cartabón
celestiales lo guiaran por la inmensidad de la lámina oscura del cielo el
comienzo de un dibujo técnico. La vi desde el principio hasta el final cuando
se apagó encima de la Torre de la Vela…casi la saboreé.
Anoche ella había sido esa estrella fugaz, tuve toda la
tarde y parte de la noche para verla brillar ante mis ojos. No se desvió de su
camino, yo tampoco conseguí que lo hiciera, la vi pasar y mis ojos siguieron
mirando en la dirección pero ya no la volví a ver brillar…
El deseo lo pedí, las dos estrellas que vi anoche siguen
luciendo de manera distinta en mi, una en el corazón y otra en los ojos. Esta
noche volveré a buscar en el cielo oscuro su luz…
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