Cualquiera diría que me parezco al mítico y entrañable personaje que interpretó Tom Hanks, pero es que me he propuesto ponerme en forma. Lunes y jueves los reservo para correr, empecé la semana pasada, en un principio iba con cierto miedo por no saber cómo respondería mi cuerpo, pero tras 25 minutos ida y otros de vuelta a un ritmo normal, los músculos parecían estar en su sitio, las rótulas no habían saltado ni los gemelos se habían ido de cervezas, todo estaba bien.
Ya que llevaba dos días a buen ritmo, ayer me propuse hacer algo que siempre había observado desde otro punto de vista. El Llano de la Perdíz, lugar de encuentro para muchos payoponis que han emigrado buscando una vida mejor y se encuentran cuidando a la mayoría de ancianos de España, es también una ruta para los que solemos ir en bici de montaña. En alguna de esas subidas había descubierto a gente ir corriendo, teniendo toda mi admiración, pues si es duro a dos ruedas, mucho más debía ser a dos patas.
Ayer me propuse ser uno de esos admirados. Salimos a las 20.30 h. desde la rotonda del cementerio, previamente habíamos reservado un par de nichos con vistas por si nos daba un jamacuco en la subida, gracias a Dios no hubo que lamentar daños personales. La subida fue contenida, no sabía como iban a responder las piernas; el último tramo constaba de una fuerte pendiente que requiso todo el esfuerzo por parte de los gemelos. Fueron 25 minutos de intensa ascensión procurando evitar la carreterilla e inclinándonos por los sederos de tierra roja. La bajada mucho más liviana pero no menos peligrosa por lo abrupto del terreno, con piedras y zanjas, se hizo en 20 minutos. En total unos 8,05 km por un paraje precioso, con la consiguiente satisfacción de estar en el centro de la ciudad en tan solo 10 minutos bajando por la Cuesta de Gomérez entre el frondoso bosque de la Alhambra, pocas ciudades tienen el privilegio de tener tan cerca el campo.
Ver Ruta running "Llano de la perdiz" en un mapa más grande
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