domingo, 31 de julio de 2011

365

Como si de los números de Perdidos se tratara, una serie de la cábala de la mística judía, hoy voy a hablar de 365, un año entero, 12 meses. La canción de Juanes, Cuando el tiempo pasa, define muy bien algunos de los sentimientos que hoy afloran por un solo motivo.

He vuelto a mirar hacia atrás, si, no hay que arrepentirse de hacerlo. Volver la cabeza no te va hacer convertirte en estatua de sal, si no que va hacerte valorar cuánto de bueno o de malo has tenido, has vivido o has hecho disfrutar. Hace un año no estaba en mi cuarto escribiendo un post, no había salido por donde lo hice esta noche. Esta noche de hoy no pasará a la historia por lo que fue, si no por el recuerdo de otra, dentro de otros 365 días, no recordaré esta, si no que vendrá a mi cabeza la que fue hace 730, 1095, 1460...

Ya no es por mi santo, si no por su regalo. Por el beso que me dió, que selló mis labios, acarició mi alma y que está guardado en la caja fuerte de mi corazón. Hoy no es hoy, es ayer y siempre será ella.

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