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Con la llegada del verano la temperatura no solo sube porque estemos más cerca del Sol, ni las mujeres se destapen, las playas se llenen de topless, los aires acondicionados expulsen el aire caliente a la calle... también las barbacoas afectan al calentamiento de los meses estivales.
Una barbacoa no es exclusivamente una reunión social en torno a unas carnes y diversos ágapes puestos sobre las ascuas, también hay cerveza, vino, sangría, copas, piscina, juegos, es todo eso y mucho más. Si es cierto que la barbacoa es el centro, quien la domina se siente como el prehistórico que controla el fuego y es el guía o líder de la manada, pero no, a ojos de los que devoran las suculentas presas, él es el pringao que está pasando calor, tragándose el humo y quemándose las manos. Hoy he participado en mi segunda barbacoa del verano, he intentado no acercarme mucho, pero al final no he podido con la tentación, y es que por algo me conocen como... "BarbacoaMan".
Mis consejos, para concluir con este post barbacoil son: no te acerques a la barbacoa ni para supervisar la jugosidad de las carnes y controla tus ansias de comer, pues los aperitivos ceban muy pronto y quitan hambre que debería ser saciada con las carnes, pinchitos etc.
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