jueves, 14 de julio de 2011

¡Abuelaaaaa!

He de confesar que todo lo que me vais a leer en este post debéis entenderlo como la persona que soy y el ambiente familiar en el que he crecido. Los que no tengáis abuelas podréis pensar que soy muy duro, que ojalá tuvierais vosotros aunque sea una y lleváis toda la razón, pero por desgracia no habéis podido disfrutar de ellas tanto como quisierais y eso siempre os quedará ahí.

Mañana es el cumpleaños de mi abuela, 86 años le vienen encima. Verdaderamente firmaba ahora mismo por alcanzar esa longevidad, pese a que ella diga que le duele aquí o allí. La señora vive sola, ni asilo ni nada, no quiere y tampoco le hace falta. Sale y entra de su casa cuando quiere sin ayuda de bastón. Tiene teléfono móvil que maneja a la perfección, está bien de la cabeza, escucha poco aunque por ser presumida pasa de sonotone, pero se queja, ¿de qué? diréis, pues de que se ve mayor, normal, no está hecha una chavala, pero no lo asume. Mi madre la padece, la aguanta, es como una niña chica, no chochea, no es eso, más bien es caprichosa. Quiere que la lleven, la traigan, le hagan caso... pero tiene que comprender que cada uno tiene también sus vidas. Está sola, sí, mi abuelo murió hace mucho tiempo, los hermanos de mi madre, sus hijos, no le hacen ni puto caso, son buitres a la espera de la carroña, suculenta carroña.

Abuela, hoy cumples muchos años, más de los que quisieras, disfrútalos. Un beso de tu nieto.

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