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Muchas religiones comparan la vida como un camino, ese camino puede ser más o menos complicado, con más o menos ascensos, bajadas, paradas, cruces y velocidades. Ahora esas velocidades parece que vuelven a ser de 120 km, cuando hace unos meses se nos obligó a ir a 110 km con el fin de ahorrar en combustible, ser más ecológicos y reducir la siniestralidad. ¿Qué pasa, que ya hemos superado la crisis y no hace falta ahorrar en combustible? ¿la densidad de población en España vuelve a aumentar a causa de que hemos reducido los desgraciados accidentes de tráfico y por consiguiente hay más parados? ¿la capa de ozono se ha regenerado gracias a ir durante unos meses a 110 km y ya podemos volver a expulsar más CO2? En su momento no entendí la disminución de la velocidad, o cuanto menos la justificación que daban desde el gobierno, pero es que ahora volver a subirla tal y como estaba antes me parece absurdo y echa por la borda todo lo que nos habían vendido como bueno.
Suelo hacer rutas con la bicicleta, no contamino, y voy a la velocidad que me da la gana, yo asumo los riesgos de bajar una pendiente más o menos rápido. Ayer me hice una increíble, recorrí unos parajes naturales preciosos, crucé ríos, bajé cuestas y las subí, tierra y asfalto fueron marcados por mis ruedas. Hoy haré lo mismo con la moto, contaminaré lo justo, menos que una central nuclear o que cualquier fábrica, pero disfrutaré y viviré ese camino breve que conforma la ruta de la vida.
Como se suele saludar entre los peregrinos, ¡buen camino!.
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