martes, 11 de febrero de 2014

Insert Coin



Oscuro de píxeles, fondo velado hacia violeta, imagen en bucle ante mis ojos y en blanco en mi cabeza. Cierro los ojos y suspiro, las chiribitas estallan como fuegos artificiales con los párpados bajados. Sigo de pie, inmóvil, con la musiquilla repetitiva tarareando en mi cabeza.

Otra vez la misma pantalla, mis manos sudando sobre el jockstick y los tres botones rojos que anteriormente he golpeado una y otra vez con una marcada coreografía de dedos, el corazón acelerado y la frase Insert Coin parpadeando cansinamente. ¿Qué ha pasado? Había mantenido la calma toda la partida, esta vez no me había precipitado con bruscos movimientos… La dinámica de juego la conocía bien, lo único que había cambiado era el fondo, en vez de sol y cielo azul, eran nubes y lluvia, pero seguía siendo lo mismo.

Insert Coin, Insert coin, insert coin… me siguen temblando las manos, no paro de recrearme en el último movimiento, repaso cada uno de los toques que he apretado, los que he dejado de apretar, aquel giro a la izquierda, la subida y después la bajada, izquierda-izquierda, derecha-arriba, tecla-abajo… ¡me sé todo lo que tengo que hacer! ¿si echo la moneda debería hacerlo perfecto? ¿verdad?...


Pero, y si la partida no es real si no que son balas de sentimientos que dispara la nave del corazón, entonces, y solo entonces, no hay moneda que pueda hacerte jugar otra partida...

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