jueves, 7 de julio de 2011

Máquina del tiempo

Una gran mayoría de novelas y películas de ciencia ficción desarrollan su trama en torno a los viajes en el tiempo. Y es que toda persona en este planeta ha soñado alguna vez con poder viajar, tanto hacia el futuro como al pasado, para descubrir cosas o quien sabe si cambiar la historia. Una de las sagas cinematográficas que más me llaman la atención es Regreso al Futuro, cualquiera de sus entregas me parece fantástica.

Yo ayer viajé en el tiempo, fue un salto al pasado, no muy grande, un par de meses atrás, casi tres. No me monté en ninguna máquina futurista, no había Condensador de Fluzo, ni pantalla que indicara la fecha exacta del salto... Un simple objeto hizo que mi mente se apoderara de todo mi ser y me llevara a recordar el entorno, el uso y la persona dueña del mismo. No es un objeto cualquiera o uno parecido, no, se que es el que ella utilizó a diario, la marca de sus delicadas manos, las huellas de sus finos dedos... ¡Es suyo!, mil veces lo he visto usar, no hay duda. Al tocarlo y acercármelo fue un auténtico salto al vacío, de repente estaba en aquel lugar, frente a ella, escuchando su voz allí sentada, casi podía olerla y sentirla, acariciarla. El espacio tiempo se dobló por un instante y me transportó por un agujero de gusano que fue saltando constantemente a distintos momentos pero en ese mismo entorno, cuyo protagonista era ese objeto que nos tenía como secundarios a ella y a mi.

Un teléfono de sobremesa, oscuro, de Telefónica, es esa máquina del tiempo que me hizo transportar a un tiempo no muy lejano pero que tengo gravado con un cariño que llega a rozar el fervor, la pasión y el amor hasta lugares insospechados. Hoy volveré a tocar ese teléfono esperando que la sensación de vértigo que me provocó ayer sea la misma, que me apriete más el nudo en el estómago y me traiga el recuerdo de su cara y su sonrisa a mi mente... hoy espero que me llamen para poder descolgar, ojalá al otro lado un día esté su voz.

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